viernes, 31 de agosto de 2007

¿Que hiciste tu rostro?


Adherido al mortal sepulcro,

Un triste bulto rígido, frío cual efigie

Unos cabellos reposan desprendidos

Como delgados alambres caducos

¿Esa eres tú?. ¿Aquella que idolatré?

¿Aquella que me consumía en eternas noches de deseo y fuego?

¿La que cambió mi mundo, mi razón y mis sueños?

¿Acaso de verdad te amé?

El cráneo que ayer acaricié devoto,

hoy se deshace al contacto

Materia gris, como fango de loto

En el momento, en que ahriman cobra su pacto

Lo que mis ojos ven,

Y mi alma siente

Es solo una sombra inerte

Y me retiro prudente,

Por temor a contagiarme

De tu olor y de tu muerte

La vulgar materia que siempre defendiste tenaz

No es mas que un disfraz que se corroe,

La vida no es mas que una chispa fugaz

Y pronto llega el tiempo de emigrar

El rostro que llevaste en el mundo de la gente,

no lo escogiste, solo apareció

En cambio para el sueño eterno de la muerte

Ese, tu vida lo construyó

Y, ¡Oh Zeus!, a fe que no te reconozco

Es inútil la memoria,

Es en vano cualquier esfuerzo,

Tuviste el tiempo para crearte un hermoso rostro

Con el cincel férreo de un corazón honesto,

Con el mármol perenne de la caricia sin cálculo,

Con la arcilla tibia del desinterés real,

Con los hermosos colores de la verdad,

Mas decidiste, testaruda y vacía

Quedarte en tu mundo falaz,

engañador y obtuso

En la cárcel de tu realidad

Y ahora tristemente,

remontas las aguas del estigio,

con el rostro de la muerte,

Como tu máscara para siempre.

Fabian H. Chavez.

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