martes, 6 de noviembre de 2007

Paul Potts, el triunfo del alma


El rostro de Paul Potts es el de un indefenso ser acostumbrado a recibir mansamente golpes de la vida. Su aspecto poco agraciado (con un diente totalmente partido en pleno era de las cirugías "estéticas" y las "sonrisas" millonarias), arrastra con pánico su timidez hacia la exposición total, hacia las inevitables burlas y muecas de desaprobación, mientras un público expectante y un jurado inquisidor observan intrigados aquél hombre, a todas luces fuera de lugar en aquél templo de apariencia, superficialidad y culto a la belleza material.
Se trata del "Reality" Britain's got talent" dedicado a la búsqueda de figurines fugaces estereotipados (fast food), para consumo inmediato y digestión veloz y de una de aquellas audiciones preliminares cuyo principal atractivo es el morbo que produce ver a tu semejante haciendo el ridículo.
Este hombre con los ojos arrugados prematuramente por tantas lágrimas vertidas, el rostro inclinado (como previendo un golpe... otro golpe de la vida) y la voz entrecortada, responde con voz quebrada la pregunta formulada por la hermosa jurado Amanda Holden:
- ¿A que has venido Paul?
- A cantar opera ("to sing opera").
En este momento el pánico se traslada al espectador. El sentimiento de lástima y solidaridad hacia potts, genera angustia e impotencia ante lo que se percibe como un inevitable ridículo y un golpe (otro más), dolor innecesario e injusto con aquella alma tan maltratada.
Sin embargo ocurre un milagro, un auténtico milagro de la nueva era... Una señal ...
...El que tenga ojos que vea.

Fabian H. Chavez.

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