UN MIRADA INTROSPECTIVA
Por Fabian H. Chavez.
La felicidad está en las pequeñas cosas, se encuentra alrededor nuestro rondando nuestros cerrados y materialistas espíritus. No se necesita ser budista, musulmán, esotérico o místico para tropezarnos con ella, hay que ser simple, ligero, admirarte con el mundo que te rodea, creer en ti mismo, animarte con tu grandeza y perdonarte cariñosamente por tus falencias, mirar el mundo con los ojos de un niño y percibir con energía un saludo amable, una sonrisa franca, una canción oportuna, un recuerdo amable, una buena taza de café aromático, una llamada telefónica… infinidad de cosas que hay que disfrutar en su momento sin dejarse opacar por el stress existencial o por la angustia materialista.
Alegría, tristeza, esperanza, depresión… no son mas que elaboraciones mentales propias. Los acontecimientos externos influyen en la medida en que tú lo dejes, no hay por que conceder demasiada importancia a los actos de las personas, incluso a tus propios actos, ni volver los deseos ajenos tus deseos. De ninguna manera dejar que la masa piense por ti o que dirija tus sentimientos. Las cosas no son bellas u horribles porque la masa así lo decida, eres tú quien tiene la opción o mejor, la obligación de plantearte y definirte tu propia escala de prioridades y hacer de ella tu tesoro.
Sin embargo tampoco debes volverte esclavo de tus propias convicciones, ya que como ser humano te encuentras en continuo movimiento (evolutivo o involutivo) y siempre debes tener el espíritu abierto sin temor a los cambios, por radicales que sean; lo que hoy es, mañana puede no ser, lo importante es que estés convencido de ello en ese momento
Hoy estoy absolutamente convencido de esto… ¿Mañana?... Cada día trae su afán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario